Gestionar ideas

La realidad es complicada. Siempre o casi siempre los temas, las ideas, las experiencias, los fenómenos y las causas y efectos se relacionan con otras más allá de su contexto inmediato. Y por lo tanto, hacer sentido de las mismas es complejo (en su inmediatez y más allá). Nuestro cerebro, para ponerlo en palabras sencillas, hace magia cuando trata de hacer sentido del mundo en el que vivimos. Pero si quisiéramos intentar hacer lo que nuestro cerebro hace de forma manual, termina siendo una tarea complicada y casi rudimentaria si la comparamos con lo que nuestras mentes pueden hacer.

Aún así, el reto sigue presente. En nuestras vidas nos veremos con la tarea de hacer sentido del mundo, ya sea en nuestras relaciones, en la cotidianeidad, en proyectos y en el trabajo. Y en cada una de estas áreas puede que aprendamos algo por experiencia, porque leímos algo, porque fue algo que pensamos, por nuestras conclusiones, porque nos comentaron, etc. Y éstas en gran parte quedarán presentes en nosotros… pero hasta cierto punto ya que no podremos recordar todo lo aprendido y menos si tenemos una meta/contexto específico que nos puede distraer de otras cosas que hemos aprendido y que estén, al final, asociados al problema o situación actual.

Cuando nos enfrentamos a un problema a resolver, nos respaldamos de nuestra magia cerebral, es decir recordamos experiencias pasadas, lo que nos dijeron, etc. y con esta mezcla por lo general resolvemos muchas de las cosas con las que tenemos que lidiar. Pero hay otro tipo de problemas o proyectos que queremos llevar acabo que nuestra intuición nos limitará, porque es un problema mucho más complejo, porque hay muchos más niveles de abstracción que debemos tomar en cuenta, porque carecemos de experiencias o literatura al respecto ya que es un problema muy específico o incluso nuevo.

En este tipo de contextos se vuelve útil gestionar las ideas fuera de nuestra mente. Apoyarnos de lo que hemos aprendido, de la diversidad de fuentes que nos llevaron a esas ideas, de poder expandir nuestra visión del problema al recordar lo aprendido y de distintas fuentes, de tener al alcance esos temas, ideas y momentos pasados en un vistazo. Todo para que nuestro cerebro siga haciendo su magia de identificar, catalogar, mezclar, organizar, sintetizar y conectar ideas.

Antes dependíamos de nuestras notas en papel, de lo que subrayamos, y específicamente de las fuentes de donde vinieron esas ideas. Luego los productos digitales nos permitían escribir en un mismo lugar (una computadora con diversos programas o en un único programa/producto) y catalogar ideas y aprendizajes que vamos adquiriendo al pasar el tiempo. Pero recientemente han surgido productos digitales que permiten un nivel de flexibilidad altísimo que nos permite y facilita enfrentarnos a contextos como el que he venido describiendo: complejos.

En esencia estos productos digitales nos permiten crear notas que no tienen una categoría específica o una fuente específica, sino que podemos usar etiquetas para asociarlas entre sí, sin una jerarquía predefinida o excluyente. Incluso una nota, la cual puede estar compuesta de varios párrafos o hipervínculos, puede ser asociada específicamente. Es decir, podemos asociar cada párrafo, link, video, etc. a su respectiva etiqueta y no tenemos que tener una categoría inmensa a la “página” donde vive dicha nota.

Herramientas:

Existen muchas herramientas que permiten hacer esto pero la que he estado usando se llama Roam Research, pero hay muchas, muchas, alternativas. Es medio complejo de acostumbrarse a usarlo (como todo hábito) pero conforme más lo utilizo, más veo sus beneficios, por lo que continuo usándolo y familiarizándome con la herramienta.

De momento aún estoy lidiando con tres fricciones:

  1. La forma tan tiesa de separar cada párrafo porque estoy acostumbrado a tener más libertad de mover los párrafos o seleccionar el texto. Pero para solucionar esto sigo usando Typora para escribir y luego sólo paso el texto a Roam.
  2. Desacostumbrarme a la idea de que una página o nota que se cataloga por completo, es decir, normalmente guardo archivos completos y (si fuera ordenado) los pongo dentro de carpetas que me ayudan a llegar a ese documento. Pero, al ser tan flexible, esto no es necesario. Sino hay que cambiar la forma de pensar sobre las notas o páginas que uno hace. Este modelo mental de cómo funciona y se guarda cada vez es más intuitivo, pero siento que aún hay dejos del modelo pasado a la hora de empezar hacer notas. Como que siento que no sé cómo nombrar la página o dónde poner una idea, si en una página nueva o si en una ya existente.
  3. Hacer el hábito de escribir lo que he aprendido en Roam. Es decir, todo lo que he leído, visto, experimentado, pensado. Estoy muy acostumbrado a dejar las notas en los libros que leo, o no apuntar nada sobre algún video que vi sobre un tema, o no escribir nada de algo que aprendí de mí o de algo que me interesa recordar. Sino que aún me apoyo demasiado en mi memoria, la cual irónicamente no es la mejor y como expliqué, siento que podría beneficiarme montones al externalizarlas en un programa así.

Sitios de interés:

2 Me gusta