2021-03-12T23:00:00Z → 2021-03-13T03:00:00Z, en Subsuelo, San José, con @emmoz.
«Habitar» es para nosotros un verbo extraño.
No parece tener mucho sentido hablar de «habitaciones», porque no habitamos, no estamos nunca en casa: todos somos un poco turistas sexuales, un poco desterrados. Asimismo, tampoco parece muy afortunado hablar de «habitantes», porque no habitamos: todos somos un poco fantasmas, un poco espectros sin identidad. Por eso, sería mejor hablar de re-cámaras o piecitas de hotel.
Así las cosas, lo que no extraña es que una habitación acabe siendo instalada en una galería y que esa habitación se muestre como inhabitable: una cama sin colchón, un paisaje abstraído, unas muletas y un ángel taxidermizado: ¿Es así cómo se ve la pobre recámara de la imaginación?
Hace mucho que lo siniestro trabó amistad con lo kitsch; resultando en una mezcla que bien podríamos denominar «realidad patética», y muy pronto el arte se puso celoso. Aquí la alegría de vivir se nos muestra en toda su desnudez y los efectos especiales no surten efecto. En fin, sólo se pide del espectador que habite con nosotros esta realidad de fantasía.
Texto por Daniel Fallas.