Cuando ustedes piensan en una comunidad, ¿qué imaginan? Me siento un poco perdido. Como que las comunidades que me acerco tienen intereses de por medio, me siento ajeno, como con un pie adentro y otro afuera.
Así que vuelvo al bunqueer, el amado jaquerespeis. Me pregunto si no soy sólo yo, me pregunto cómo filtran comunidades que saben que no, o cómo buscan comunidades, o ¿cuáles son esos jardines sagrados en los que se reunen con gente que comparten visiones/ideas/gustos similares?
Obvio está el jaquerespeis, y por eso vuelvo acá, pero… también sé que las comunidades pierden fuerza, que las vidas de todes cambian, que los intereses evolucionan, etc.
Quizás algo que he aprendido es que una comunidad no se puede forzar. Supongo que eso es lo que me tiene con esta sensación, porque las comunidades que encuentro existen con lógicas que muy difícilmente van a cambiar. Y por otro lado siento que la llama del jaquerespeis está bajita.
Yo aprendo a caminar, con claridad, respirando, pidiendo permiso a la tierra, priorizando a las relaciones que quiero y que me sostienen. La forma de esos vínculos cambia, a veces la llama está bajita, a veces se apaga. Y todo bien, respiro y es claro a quién le quiero hablar, a quién quiero abrazar, con quién quiero trabajar, y si esa persona lo siente también, nos juntamos. Esa es mi comunidad.
Se me hace más difícil mi espacio geográfico, o sea, mis vecines. Mi familia. Y combinar círculos, porque cosas que son cómodas unx a unx, pocas veces las siento cómodas en un grupo más grande. respirar, confiar, esto también se aclarará.
El jaquerespeis sigue porque en los momentos de más apatía y decepción, siempre han habido por lo menos un par de personas priorizando su relación y jugando a reescribir historias con tecnología. Siempre ha sido suficiente, tal vez la idea es empezar por una comunidad de dos, y esas dos personas ya son multitudes de seres e historias.